“Tengo miedo de no quererlo como al primero…”
La noticia de un segundo embarazo, aunque haya sido planificado, siempre provoca sentimientos encontrados. Todos los miembros de la familia: mamá, papá y el hijo mayor, tendrán que hacer no sólo un lugar físico en la casa, sino también un “espacio interno” para recibir al nuevo bebé.
¡Los inevitables sentimientos de culpa!
Los papás suelen sentir temor de no querer lo suficiente al recién llegado y sienten culpa hacia el primer hijo….no sólo de imponer un hermanito que no pidió, sino de privarlo de la atención exclusiva de la que gozaba hasta ahora. Estos sentimientos pueden disiparse o no a lo largo del embarazo, suelen aumentar en la etapa del parto, momento en que las ansiedades y la sensibilidad se incrementan y después del nacimiento suelen transformarse y dirigirse al papá u otros miembros de la familia.
Es común el temor para abordar la nueva situación de mayor demanda, entonces aparece el miedo de que la plata no alcance u otros dudas, que suelen relacionarse en general con los recursos internos de los papás.
Recuerdos del pasado
Si los padres fueron hermanos mayores o menores los sentimientos de culpa o lástima hacia cada uno de los hijos se vinculan con lo que vivieron en el pasado y sus propias vivencias en sus familias de origen. En cambio si fueron hijos únicos y no atravesaron la vivencia de la llegada de un hermano, su facilidad o dificultad de afrontar la llegada del nuevo hijo dependerá de los afectos recibidos por sus padres, abuelos, tíos…
¡Finalmente nació!
Es común sentir extrañeza y falta de cariño hacia el recién llegado, pero tranquilos… se va modificando con los días.
Según el sexo del bebé los papás sienten plenitud o decepción según si era el deseado, también suelen ponerse en juego sentimientos de exclusión por el bebe del mismo sexo sintiendo celos por su pareja….el segundo hijo nace con la fuerza del compartir, pero también nos encuentra más seguros en otras áreas por la experiencia ya atravesada con el primero.
A cada uno lo suyo.
El amor que los padres sienten por el primer hijo parece imposible de igualar, mucho menos de superar. Es importante comprender que nunca se quiere a un hijo igual que al otro, no significa que lo quiera más o menos, significa que a cada uno lo quieren de manera diferente.
Cada hijo es concebido en momentos diferentes de la pareja y de la mamá y del papá, cada chico para cada uno tendrá un significado y afectos especiales.
No desesperar pensando que el amor no va alcanzar. No se trata de más o menos amor, sino de amores distintos…es posible enamorarse de otro hijo con igual intensidad.