Padres que no vacunan a sus hijos

La OMS advierte por la falta de vacunación y preocupa en Argentina por el brote de enfermedades ya erradicadas. Esta situación es mucho más preocupante debido al impacto mundial del Covid-19 que desató la pandemia que estamos atravesando.

La falta de vacunación ocurre porque en el mundo cada vez más padres no inmunizan a sus hijos, sitaución que hoy se agrava por el temor que muchos sienten de llevar a sus hijos a un vacunatorio o centro asistencial. En nuestro país se dá por lo general dentro de grupos naturistas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el alerta: en el mundo, uno de cada cinco chicos no recibe las vacunas que necesita y cada año 1,5 millón muere por enfermedades contra las que existe inmunización. La estadística pone el acento en un fenómeno nuevo: cada vez más personas, de todas las clases sociales y niveles educativos, rechazan vacunar a sus hijos por mitos sobre los efectos del “pinchazo”. Algunos creen que es mejor enfermarse y que el cuerpo se recupere, otros le adjudican a las vacunas secuelas como el autismo.

Según datos del Ministerio de Salud, en la Argentina las vacunas –que son gratuitas y se aplican sin necesidad de orden médica– llegan a 9 de cada 10 chicos. Sin embargo, el problema también preocupa. Existen comunidades volcadas a disciplinas alternativas que evitan la inmunización.
El riesgo es que se produzcan brotes de enfermedades ya erradicadas, que pueden crecer rápidamente por la falta de la barreras inmunológicas.

Es importante señalar que se puede conjugar el uso de medicinas alternativas con la vacunación del calendario oficial, que es obligatoria en los chicos.

Los riesgos quedaron a la vista en los últimos meses, hubo brotes de sarampión en Europa, Estados Unidos, Brasil, Venezuela, y nuestro país con 61* casos confirmados que podrían haberse evitado, ya que esta enfermedad había sido erradicada en el año 2000. (*actualizado a 18 dic 2019)

Los padres que están mal informados eligen no vacunar, con la finalidad de proteger a sus chicos, pero sin ser conscientes del riesgo al que los exponen, porque algunas enfermedades ya están erradicadas y no se tiene presente su gravedad.

«La inmunización es en realidad una de las innovaciones científicas más admirables, que ha contribuido enormemente a la prevención de muertes –en especial, en la infancia– y al aumento impresionante de la esperanza de vida y del desarrollo económico. Se calcula que cada dólar invertido en inmunización devuelve US$ 16 en ahorros en términos de atención médica y aumento de la productividad económica.» (OMS)

Cinco datos clave sobre la inmunización
(Fuente: OMS)

Dato 1: La inmunización mediante vacunación es la forma más segura de protegernos contra las enfermedades.

No importa lo que lea u oiga: las vacunas inducen una respuesta inmunitaria similar a la producida por una infección natural, pero, a diferencia de esta, no conlleva riesgos graves de defunción o discapacidad.

Dato 2: Estar vacunado es siempre la mejor opción, incluso si cree que existe bajo riesgo de infección.

Algunas enfermedades mortales que parecen haber pasado por todas las etapas menos la de erradicación, tienen la desagradable costumbre de reaparecer cuando las tasas de inmunización caen, tal como se ha observado en los brotes de sarampión que se registraron hace poco en toda Europa. Solamente asegurándonos de que todos se vacunan mantendremos tapada permanentemente la olla de las enfermedades prevenibles mediante vacunación. No deberíamos depender de las personas que nos rodean para detener la propagación de enfermedades; también nosotros tenemos la responsabilidad de hacer todo lo que esté en nuestra mano.

Dato 3: La combinación de vacunas es una práctica segura y beneficiosa.

La administración de varias vacunas al mismo tiempo no tiene efectos negativos en el sistema inmunitario del niño, le reduce las molestias y permite ahorrar tiempo y dinero. Los niños están expuestos a más antígenos con un resfriado común que con las vacunas.

Dato 4: No existe ninguna relación entre las vacunas y el autismo.

No existen pruebas científicas que vinculen la vacuna SPR (sarampión, parotiditis y rubéola) con el autismo o los trastornos autistas. Este lamentable rumor nació a partir de un único estudio de 1998 al que se le encontraron graves irregularidades al poco tiempo, tras lo cual fue retirado por la revista que lo publicó.

Dato 5: Si detenemos la vacunación, algunas enfermedades mortales reaparecerán.

Incluso mejorando la higiene, el saneamiento y el acceso al agua salubre, las infecciones seguirán propagándose. Si la población no se vacuna, podrían reaparecer enfermedades infecciosas que se han vuelto infrecuentes.

Quienes tengan dudas acerca de las vacunas deberían consultar a sus médicos y verificar la información en sitios web rigurosos. En la Red de Seguridad Vacunal, una red mundial de sitios web sobre seguridad vacunal certificada por la OMS, se puede consultar fácilmente información correcta y digna de confianza. La red de miembros tiene 47 sitios web en 12 idiomas y cada mes hace llegar a más de 173 millones de usuarios información fidedigna sobre seguridad vacunal, lo que ayuda a contrarrestar la nocividad de la desinformación.

Mas info:

https://apps.who.int/mediacentre/commentaries/2017/embrace-facts-vaccines/es/index.html

http://www.clarin.com/salud/vacunas-riesgo-falta-mitos-argentina-mundo-chicos-salud_0_1426657336.html