En los primeros años de vida se dan la mayoría de los accidentes hogareños. Si de prevención se trata, es el pediatra, quien puede orientarlos en evitarlos. Teniendo en cuenta algunos detalles simples de cumplir podemos prevenirlos!
“NO PARA UN MINUTO”
Los accidentes en casa son entre los 8 meses y los 3 años, pero los más frecuentes son durante el 2º año. La curiosidad, la actividad casi inagotable y la falta de noción del peligro son una “combinación explosiva” en esta etapa de la vida de los chicos, en consecuencia la probabilidad para los papas de pasar por “sustos” y “dolores de cabeza” es mucho mayor.
“SE GOLPEA A CADA RATO ”
Los chicos comienzan a partir de los 8/9 meses a desplegar su potencial, abren y cierran, suben y bajan, trepan, sacan, tocan, tiran, y están en permanente movimiento. Es la etapa en que comienzan a desplazarse, reptando o gateando “con estilo”. Más adelante se paran, dan sus primeros pasos…..y comienzan los golpes. Suelen ser “aterrizajes de cola” pero también pueden darse golpes en la cabeza o en otras partes del cuerpo.
Los que más intranquilizan, son los que afectan cara y cabeza, y si bien casi nunca traen problemas, ante la menor duda hay que consultar, por la tranquilidad de todos.
“CREO QUE SE TRAGÓ UNA MONEDA”
En su afán de investigar, los chicos todo lo tocan y sobre todo los más chiquitos que se llevan a la boca lo que encuentran. Afortunadamente, pocas veces tragan lo que “están probando”. Entre las sustancias potencialmente tóxicas están: los medicamentos (comprimidos y jarabes), artículos de limpieza y los de higiene personal. También son de “degustar” monedas, piezas pequeñas sueltas de algún juguete y cualquier otra cosa que les llame la atención. Ante estas situaciones, siempre es necesario consultar en forma urgente, para recibir indicaciones y decidir la conducta a seguir.
“MANOTEÓ LA TAZA Y SE QUEMO”
Antes, las quemaduras en los chicos se producían por tirar del mango de la sartén hirviendo, tocar el horno de la cocina o la estufa prendida. Actualmente esto cambió y son más frecuentes que sucedan por tocar una comida muy caliente (sopa o puré) o por manotear una taza de té, café o el mismísimo mate.
En estos casos también se impone la consulta inmediata, los primeros pasos a dar son muy importantes.
“MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR”
Acá se impone claramente esta frase, sobre todo en el caso de las quemaduras y la ingestión de sustancias tóxicas (los golpes cotidianos son casi inevitables). Aquí van algunos consejos para tener en cuenta:
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Mantener los remedios y artículos de limpieza e higiene personal fuera del alcance de los chicos, por lo menos hasta los 3 años, aunque resulte incómodo alcanzarlos.
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Evitar que monedas, piezas pequeñas de algunos juguetes y todo aquello que pueda atraer a los chicos ande suelto “por ahí”, a su alcance.
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Tratar siempre que el té, café o mate calientes que tomamos los adultos esté alejado de los chicos.
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Poner protecciones en las escaleras, al ingreso y a los costados.
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Estar atentos cuando el chico “escala” sillones y otros muebles de la casa, por que el “descenso” suele traer problemas…
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De ocurrir alguno de estos accidentes consultar en forma inmediata al Pediatra de Cabecera y/o concurrir a un centro asistencial con la mayor celeridad posible.