Redes Sociales y Funciones Cerebrales

13912497_1775868062628018_4577539301548687716_nHace 10 años las redes llegaron a nuestras vidas y expertos en Neurología afirman que ya han sido capaces de modificar nuestro cerebro.  ¿Se trata de una evolución a mejor o la tecnología e Internet nos perjudican? Afectan, sobre todo, a los llamados nativos digitales y se conoce que estos aprenden de un modo ligeramente diferente a los que no lo son.

Fue uno de los temas centrales de la reunión Redes III, organizada por una compañía biomédica, que ha reunido a psiquiatras de toda España en Córdoba. Según las conclusiones, el uso de redes sociales tiene numerosos efectos positivos sobre el cerebro: desde el desarrollo de nuevas conexiones cerebrales hasta la creación de nuevos métodos de aprendizaje.  El cerebro parece ser capaz de crear nuevas redes neuronales mientras se navega por Facebook, Twitter o Youtube etc, significa que el cerebro tiene la suficiente plasticidad para adaptarse a  nuevos retos.  Sin embargo, lo negativo es que  pueden provocar adicción dado que parte del procesamiento cerebral de las redes sociales tiene lugar en los circuitos relacionados con las recompensas y su uso no controlado podría estar asociado a algunos trastornos psiquiátricos como las adicciones. Los nativos digitales son capaces de hacer varias tareas a la vez con mejor resultado y por otra son más rápidos buscando información para dar respuesta a preguntas concretas, se ha comprobado que tienen mayor dificultad para discernir entre las fuentes de información fiables y la que no lo son, dándole más importancia a la información que captan de sus amigos y conocidos, y menos a las páginas web oficiales y más confiables.

Desde una perspectiva biológica, médica,  se ha demostrado que las redes sociales provocan cambios en los neurotransmisores como la oxitocina, la adrenalina, la dopamina, la serotonina, la testosterona y el cortisol.  Mayores niveles de oxitocina se relacionan con más compras e inversión, y con una mayor influencia de la familia y la pareja. La adrenalina, que se libera puntualmente en el uso de redes sociales estaría vinculada con la agresividad mientras que la dopamina se libera cuando se recibe un like. De esta manera se activan los centros de recompensa y se incrementa la sensación de felicidad.  El aumento de la serotonina podría modificar los comportamientos sociales hacia un carácter más introvertido y la prioridad de los intereses individuales frente a los de grupo. Por otra parte, altos niveles de testosterona se vinculan con una menor tendencia a establecer nuevas amistades en Facebook y el cortisol tendría impacto en la fidelidad a las amistades.  Entre los cambios en las capacidades cerebrales, los expertos también señalan la influencia de las redes sociales en cuestiones como la pérdida de capacidad de concentración y de prestar atención, así como la de leer y escribir textos largos. Respecto a los beneficios sociales de las redes sociales existe consenso sobre el papel definitorio de las redes sociales en la búsqueda de pareja o relaciones sexuales, su impacto en la educación, búsqueda de trabajo o compra online.

La utilización de Internet es capaz de activar numerosas áreas del cerebro adulto aunque todavía no se ha evaluado cómo las nuevas tecnologías pueden contribuir en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral adquirido, como ictus o traumatismos craneoencefálicos. Es necesario incrementar la evidencia científica sobre la aplicación terapéutica de las nuevas tecnologías a los pacientes con lesiones cerebrales.  Aunque las ventajas son múltiples, un uso irresponsable de las redes sociales también puede poner en peligro la salud, los expertos vinculan algunas enfermedades inflamatorias o auditivas a un uso excesivo. Incluso alertan de que utilizar el teléfono móvil por la calle aumenta los atropellos y se calcula que en más del 90% de los accidentes en los que el responsable es el peatón, están relacionados con el uso de los smartphones.

Aunque es muy difícil realizar predicciones, parece claro que nuestro cerebro se adaptará a tener una gran cantidad de información disponible con la que poder trabajar y cada vez será menos necesario almacenar información. Se prevé entonces que las áreas de memoria  para manejar varios datos a la vez se ampliarán en detrimento de aquellas regiones cerebrales que utilizamos para memorizar a largo plazo.

Mas info: http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=89098