¡Otra vez se constipó!

184377736Los pediatras sabemos que la constipación es una afección frecuente y se la consulta poco. La padecen chicos de todas las edades, desde bebés de días, hasta adolescentes.  Comprobamos a diario que en casi todos los casos, obedecen a un trastorno funcional.  No hay ninguna enfermedad o causa orgánica que la provoque. Sin embargo, la tranquilidad  y el alivio que sienten los padres al saberlo, no suele acompañarse con la tan esperada mejoría en los chicos que “la sufren” a pesar de intentar con ellos un sinfín de opciones terapéuticas. Veamos los puntos más importantes acerca del tema…

“PASA 4 DÍAS SIN “IR DE CUERPO”
La constipación es la disminución de la frecuencia evacuatoria con aumento de la consistencia de la materia fecal, pero en la práctica diaria se va definiendo qué hacer en cada chico, de acuerdo a los cambios que se van produciendo en su ritmo evacuatorio y a la consistencia de sus heces.
No hay un patrón general o modelo común a todos y además se va modificando en cada una de las etapas de la vida.  Hay cuatro momentos “típicos” en que aparece.

El primero se da en los bebés de 3 a 4 semanas de vida que venían con el ritmo de “comer y hacer caca” y de golpe pasan uno, dos o tres días sin “hacer popó”.
El segundo, entre los 4 y 6 meses de vida, cuando se introduce la leche de fórmula y/o se comienza con los primeros semisólidos (cereales precocidos, manzana, vitina), aparece una “real” constipación. Las heces se secan y se redondean como “bolitas” (escíbalos) y les resulta trabajoso eliminarlas y pueden lastimar la cola del bebé.

“TIENE GANAS, PERO NO HACE”
El tercero suele instalarse cuando se dejan los pañales (control de esfínteres), entre los 2 ½ y los  3 años. Los chicos sienten cierto temor por eliminar sus heces, ya sea por excesiva presión generada por los demás o por no estar aún preparado para “dar el gran paso” y contrae el esfínter anal (anismo), reteniéndolas.  Suele instalarse un círculo vicioso difícil de revertir.

En cuarto lugar, nos referimos a los episodios que ocurren en los años siguientes (primaria,  secundaria) causados por trastornos alimentarios (dietas ricas en lácteos y carnes y pobres en fibras), enfermedades febriles, y /o viajes.

“LE DÍ UN POCO DE JUGUITO DE CIRUELAS”
Cuando el problema aparece en las primeras semanas de vida recomendamos esperar unos días,  dándole la posibilidad a que el bebé de que pueda “evacuar” por sí mismo (no existe riesgo de bolo fecal).
Eventualmente podemos ayudarlo con el clásico jugo de ciruelas, bien concentrado, más bien  frio y en pequeñas cantidades, tiene un efecto casi mágico. Excepcionalmente recurrimos al  «tan temido» supositorio, con su fama de agresivo-invasivo, pero con efecto inmediato e inocuo.
A los 4-6 meses, podemos suprimir los alimentos que “secan” (manzana, pollo, cereales) y dar aquellos que estimulan (verduras de hoja, cítricos). Pueden utilizarse también vaselina líquida (mezclada con las papillas) y laxantes naturales a base de azúcares complejos (lactulosa).

Mucho más complicado es resolver aquella que ocurre en la “dejada de pañales”, acá se trata  de un tema emocional, y se requiere de una estrategia planificada entre el pediatra y a los papás,  y en algunas ocasiones necesita también de una interconsulta psicológica.

“PREGUNTALE AL PEDIATRA QUÉ SE LE PUEDE DAR”
Recomendamos tener en cuenta que:
• En la mayoría de los casos, la complementación de acciones (dieta, laxantes, etc) suelen resolver el problema.  Se van probando distintas opciones, armarse de mucha paciencia hasta dar en la tecla.
• Como decimos habitualmente, la consulta siempre es al Pediatra, es él quien considerará  la necesidad de solicitar estudios (ecografía, Radiografía, etc) o interconsultas  (Gastroenterólogo, Psicóloga Infantil).
• La constipación en los chicos no suele asociarse a complicaciones, siendo más bien una  afección que genera muchísimas molestias, y puede tratarse eficazmente.