El tiempo tiene mucho valor para todos. Cómo usarlo y administrarlo ya es una cuestión personal.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida en nuestro país es de 77,14 años (73,90 para los hombres, 80,54 para las mujeres).
Ocupamos el puesto número 41 de un total de 191 países, liderados por Mónaco con una esperanza de vida de 89,63 años (85,70 los hombres y 93,71 las mujeres).
No está mal, aunque podría ser mejor. ¿Se puede vivir más y mejor?¿Cómo? ¿Qué secretos esconden los países con mayor esperanza de vida?
Dan Buettner, periodista estadounidense de The Wall Street Journal, viajó a la isla de Cerdeña, allí viven 10 mil habitantes y 21 superan los 100 años de vida. Una media que quintuplica a un país hiperdesarrollado como Estados Unidos. Es el lugar del mundo no solo con la mayor expectativa de vida: 92 años, sino con gran calidad de vida.
Con un grupo de investigadores profesionales de diferentes áreas se propusieron entender cuáles son que factores que influyen.
Las distintas corrientes discuten sobre la configuración genética por sobre los hábitos de vida.
En Cerdeña para preparar los alimentos, las mujeres debían cortar leña, preparar el fuego, amasar durante casi una hora. Un esfuerzo físico que puede resultar más agotador que una sesión en el gimnasio, acá la genética no tiene nada que ver…
Las investigaciones más serias si hablan generalmente de un factor genético para explicar por qué, en circunstancias parecidas de higiene y desarrollo sanitario, algunas personas viven más que otra.
La dieta sí parece ser un importante determinante de la longevidad dentro de una sociedad, pero como ocurría con la alta esperanza de vida de Japón, el país más longevo del mundo, no se debe únicamente a la dieta, sino a la gran cantidad de actividades relacionadas con una forma de alimentación más adecuada, a como son producidos los nutrientes y a la cultura que la fomenta.
A nivel de alimentación, los carbohidratos complejos parecen influir de manera positiva en la longevidad de los habitantes de todo el mundo. Las verduras, la fruta, los granos enteros sustituyen a la carne como la principal fuente de proteína.
Pero la dieta no es suficiente para vivir más. Los encuentros familiares y las actividades compartidas también son fundamentales para la salud.
En Cerdeña, la gente se encuentra todos los días en la calle y disfrutan de la compañía de los demás, si alguien enferma, un vecino está ahí. Nadie vive solo, aunque pernocte sin compañía en su casa.
No hay nada más importante para que una comunidad sea longeva, que sus habitantes se apoyen mutuamente. Ninguna persona envejece en Cerdeña pensando que va a terminar en una residencia de ancianos, sino que sabe que sus hijos, nietos y sobrinos y primos, podrán cuidarlos en casa hasta el final de sus días.
Ninguno de los centenarios llenos de vida de la Isla se dijeron a los 50 años, “¡voy a adoptar la dieta de la longevidad y vivir otros 50 años!’”, ninguno de ellos se compró una cinta para correr, se anoto en el gimnasio o se puso a comprar suplementos vitamínicos… más bien, vivían en zonas donde el acceso a la comida saludable como la verdura era fácil y sencillo, iban caminando a todas partes, charlaban todos los días con sus vecinos, amigos y familiares, limpiaban ellos mismos sus hogares y cada 20 minutos hacían un poco de ejercicio físico, como agacharse para recoger una fruta a caminar a casa del vecino.
En conclusión, los factores que influyen son el tipo de alimentación, el ejercicio rutinario y las relaciones interpersonales intensas.
(Fuente: http://www.clarin.com/buena-vida/salud/secretos-pueblo-longevo-Europa_0_1365463780.html)