“¿Es necesario que haga actividad física?”

deporteSabemos que la actividad física es importante para todos y también lo es para los chicos. Nos referimos a cualquier tipo de actividad que implique movimiento, sea o no deportiva, a cualquier edad, desde los primeros días de vida y hasta el final de la adolescencia.

Los beneficios son múltiples, tanto porque la descarga física genera placer por mecanismos neurohormonales y se agrega además lo placentero de compartirla, del contacto con el otro. En edades más avanzadas, también la actividad es valiosa en sí misma y por el vínculo que se establece con los demás. Por lo tanto, es importante estimular “el área física” en todas las etapas infantiles, no sólo por “lo saludable”, sino por promover experiencias gratificantes.

“¿ES BUENO HACERLE MASAJES DE TAN CHIQUITO?”
Desde el nacimiento, y aún antes dentro de la panza, el bebé se mueve y mucho. Sienten la mayor satisfacción en la contención de los abrazos y en todo lo que implique contacto piel a piel. Son muy buenos los masajes, como los de la técnica Shantala, son placenteros para ambas partes, papás y bebés. Transitando los primeros meses, recomendamos tenerlos desvestidos el máximo tiempo posible “sacarles la armadura”, para posibilitar la libre descarga motriz. Las mamás suelen contar, que apenas los desvisten, comienzan a mover manos y pies sin parar. También desde chiquitos, recomendamos “animarse”con la matronatación, no tanto porque aprendan a nadar, sino por estimular el contacto entre el bebé y los papás en un ámbito distinto y que favorece el juego.

“NO PARA DE GATEAR Y YA SE QUIERE PARAR”
Acercándonos a los 6 meses de vida el movimiento es “incontenible”. El bebé quiere sentarse y en poco tiempo también intentará desplazarse, ya sea gateando “elegantemente” o reptando “como pueda”. El objetivo es llegar a todos lados…¡como sea!. Entonces les insistimos a las mamás, a que se animen a dejar a los chicos en el piso, perdiéndole el miedo a la remota posibilidad de contagiarse de algún germen, para facilitar la tarea de “nuestro pequeño explorador”.

“SE TREPA, SE CAE, SE LEVANTA Y SE VUELVE A TREPAR”
Durante el 2º año de vida ya domina todo el espacio. Aparece la típica frase materna: “no para, no para, no para”. Para los chicos la descarga motriz es esencial.Solo “paran cuando duermen”. En esta etapa la cuestión es no limitarlos en sus movimientos por miedo a las caídas y/o posteriores golpes. De todos modos ocurrirán , aún en los momentos en los que no son cuidados….lo mejor es minimizar los peligros, modificando la estructura hogareña, transformando la casa en un ámbito amigable para el niño.

“YA LO MANDO A FUTBOL”
En los años de jardín y primaria, los chicos comienzan a incursionar en las actividades regladas con espacios y tiempos precisos para desarrollar distintos deportes. Van probando y vivenciando en compañía de otros chicos, es fundamental la posibilidad que les brinda la actividad deportiva de relacionarse con pares a través del juego, cumpliendo reglas por igual y a la vez divirtiéndose. También hay que tener presentes las aptitudes reales que tiene cada chico para cada deporte, sin presionarlo a que los practique sólo para “hacer feliz a sus padres”.

“LA NENA, PRACTICA GIMNASIA DEPORTIVA”
En la prepubertad y pubertad, el tema de la actividad física cambia significativamente. Algunos muchachos se dedican “seriamente” a los deportes, dándoles un sentido estrictamente competitivo. Pasan muchas horas entrenando y le ponen mucha energía. En otros casos la cuestión tiene que ver más con el placer, como en el caso de la danza en las chicas o la pasión por “los colores” en el fútbol en los chicos.También pueden comenzar a plantearse intereses vocacionales.

En esta etapa hay que estar alertas a evitar los extremos: tanto el sedentarismo y la resistencia a “moverse” como evitar la práctica, a veces compulsiva.

“SALIÓ DEPORTISTA COMO EL PADRE”
Finalizando, daremos algunos consejos, que pueden ayudar en el tema:
* Jerarquizar la actividad física en cualquier etapa de la vida de los chicos no implica descuidar la actividad intelectual, pueden complementarse.
* Promover que el movimiento y la actividad física sean un hábito cotidiano, evitando frenos y barreras que “sólo los adultos” podemos transmitir.
* Pensar siempre las aptitudes y preferencias de nuestros chicos y cuál de las actividades es la más adecuada, aunque no correspondan con el perfil “soñado” por sus propios padres.