El periodista Jorge Lanata fue intervenido en la Fundación Favaloro para recibir un riñón , necesario para superar la insuficiencia renal que lo aqueja desde hace años y que lo obliga a someterse a sesiones de diálisis tres veces por semana. Fue el primer trasplante cruzado entre 4 personas que se realiza en América Latina. La inédita operación se hizo con autorización judicial. La madre sana de un joven enfermo que reside en el país aceptó donar uno de sus riñones a Lanata. A la vez, la esposa del periodista, dió su consentimiento para que le extrajeran uno de sus riñones y se lo trasplantaran al hijo de la mujer.
Este procedimiento quirúrgico de «trasplante cruzado» es conocido como «swap». Es el primero de este tipo que se realiza en el país.
Es el primer caso en América Latina de donantes vivos compatibles no familiares. Va a ser interesante, sienta un precedente y mucha gente va a poder hacerlo una vez que se legisle.
La singularidad del trasplante pasa por el intercambio de los órganos entre dos parejas, una práctica que empezó en 1986 en los Estados Unidos y se lleva a cabo en España, Canadá, Reino Unido, Australia y Turquía. Se hace cuando un paciente necesita trasplante de riñón y tiene un familiar o pareja que puede donar el órgano, pero no son compatibles.
En la Argentina, había ayer 6.133 personas en la misma situación que Lanata en la lista de espera de un riñón del Incucai, órgano que se puede recibir a partir de un donante cadavérico o de un donante vivo relacionado, es decir, de un pariente consanguíneo o por adopción hasta el cuarto grado, o su cónyuge, o una persona que, sin ser su cónyuge, conviva con el donante en relación de tipo conyugal, según la Ley Nacional de Trasplante. Una tercera opción era el trasplante a partir de un donante vivo no relacionado –por ejemplo, un amigo del enfermo– y esto requiere autorización judicial. El año pasado se hicieron 13 trasplantes con donantes renales vivos no relacionados.
Ahora, se estrenó la modalidad del intercambio de órganos entre parejas. Se recurrió a esa opción porque su esposa no tiene compatibilidad sanguínea con él. Tampoco la tenían la madre que donó el riñón y su hijo. Según la Universidad de California, un tercio de los pacientes que tienen un donante vivo dispuesto a donarlo no puede recibirlo debido a un grupo sanguíneo incompatible o a una prueba cruzada incompatible. Esos pacientes tenían que esperar años sometidos a diálisis hasta obtenerse el riñón de un donante fallecido. Para ellos, se desarrolló el trasplante cruzado entre parejas, que si bien se hace por primera vez en la Argentina, no necesita de un cambio en la ley según fuentes del Incucai. Sólo requiere la autorización judicial para garantizar que se realice sólo por motivación altruista. El trasplante de riñón implica potenciales riesgos para el receptor: dolores en la heridas, infecciones urinarias y la posibilidad de que haya un rechazo agudo o crónico del órgano recibido.
(Fuente: Diario Clarin días 29-30-31)